FUENTE: DIARIO "EL PAÍS"
La cultura es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos. Al menos de políticos como los que han cesado a la directora de un museo de arte contemporáneo, después de felicitarle por su trabajo (Teresa Luesma al frente del Centro de Arte y Naturaleza, en Huesca) y la han sustituido por un gestor de teatros (Antonio González, hasta ahora director del Centro Dramático de Aragón). El argumento de su Patronato ha sido: “buscamos otro modelo directivo”, pero no especifica cuál. Decíamos que la cultura es demasiado importante como para dejarla en manos de políticos como —otro ejemplo— los que eligieron al director de un centro mediante concurso público, le hicieron abandonar trabajo y país, y ya aquí postergaron su toma de posesión de manera que ha estado más de dos años “en funciones” (Moritz Küng nunca ha llegado a dirigir el Canòdrom, pero lógicamente ha estado cobrando su sueldo de la Generalitat de Cataluña). Estos dos sucesos, muy diferentes en cuanto a sus circunstancias, tienen sin embargo varios puntos en común: ponen en evidencia una extraordinaria falta de planificación, del mismo tamaño que la falta de respeto por los dos profesionales y su profesión.
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EL MUSEO Y SU MALA GESTIÓN
La cultura es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos. Al menos de políticos como los que han cesado a la directora de un museo de arte contemporáneo, después de felicitarle por su trabajo (Teresa Luesma al frente del Centro de Arte y Naturaleza, en Huesca) y la han sustituido por un gestor de teatros (Antonio González, hasta ahora director del Centro Dramático de Aragón). El argumento de su Patronato ha sido: “buscamos otro modelo directivo”, pero no especifica cuál. Decíamos que la cultura es demasiado importante como para dejarla en manos de políticos como —otro ejemplo— los que eligieron al director de un centro mediante concurso público, le hicieron abandonar trabajo y país, y ya aquí postergaron su toma de posesión de manera que ha estado más de dos años “en funciones” (Moritz Küng nunca ha llegado a dirigir el Canòdrom, pero lógicamente ha estado cobrando su sueldo de la Generalitat de Cataluña). Estos dos sucesos, muy diferentes en cuanto a sus circunstancias, tienen sin embargo varios puntos en común: ponen en evidencia una extraordinaria falta de planificación, del mismo tamaño que la falta de respeto por los dos profesionales y su profesión.
Un laberinto de sombras a la entrada del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) con motivo de la exposición 'Por laberintos'. FUENTE: "EL PAÍS" |
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